viernes, 19 de diciembre de 2008

El Canto del Viento

El canto del viento entre los árboles me hace olvidar todo lo que me rodea. Su sonido se mete en mi cabeza y la deja limpia, ausente y alejada del mundo. Ya no tiene importancia ver como caen los troncos a mi alrededor deshojándose en la caída. No tiene importancia ver como las ramas que forman los nidos van desparramándose sin remedio. No tiene importancia ver como todos los pájaros salen volando huyendo lo más rápido que pueden. Nada tiene importancia más que yo.

Ya nada queda de lo que fui. Y sin embargo sigo siendo yo mismo. El aleteo de la última ave parecía estar diciéndome adiós a medida que se alejaba, mientras se hacía cada vez más pequeño, más imperceptible, menos importante.

Pero por qué no me toca nadie. Acaso quieren herirme aún más dejándome aquí plantado. Seré el recuerdo doloroso de lo que fui y ya no soy, el recuerdo de mis hermanos mutilados y abatidos que me miran con una media sonrisa. Parece que estuvieran diciendo - ánimo, aguanta, serás lo último que quede de nosotros – con media sonrisa entre irónica y triste. Pero no saben que ya no es posible, no me queda ánimo, ni ganas de aguantar, ni seré lo último que quedará de nosotros pues nosotros ya no existe, ya no existo. Pero ¿cómo podría decírselo? ¿Cómo podría arrebatarles el último hálito de esperanza? ¿Cómo abrir unos ojos ya cerrados al horror que están viviendo? Sería yo tan culpable como ellos.

Sólo puedo responder con la misma sonrisa, con la misma mirada esperanzadora. Sólo puedo verles caer a mi alrededor.

Todo cae a mi alrededor. No soy lo que fui. No seré.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El mundo que queremos tener.

¿Qué es ese olor? Intento abrir los ojos, pero algo me lo impide, no puedo levantar los párpados. EL intenso dolor hace que apenas entre un ápice de luz como si del resquicio de una puerta se tratase. ¿Pero porqué duele tanto? ¡Y ese olor! Me recuerda al día del sacrificio de los corderos. Ese olor, ese olor a sangre seca. A hemoglobina que ya no cumple su función. Ahora que puedo concentrarme algo más en lo que ocurre, empiezo a notar una gota caliente corriendo por mi cara. Si, debe ser mía, pero ¿cómo he llegado a esto? ¿Qué habré hecho para encontrarme aquí?

Aaaaah, acabo de destrozarme las muñecas intentando limpiarme la cara. Las tengo sujetas con algo que se me ha clavado como si fuesen agujas y creo que ahora mi sangre también corre por ellas. Debe ser por eso que no siento los hombros, los tengo como dormidos y no me responden muy bien, aunque con las manos sujetas a la silla en la que me encuentro sentado tampoco es que fuese a moverlos mucho.

¿Cuánto tiempo ha pasado? Mis ojos empiezan a distinguir colores por la pequeña rendija que queda de ellos. Algo verde, algo negro, algo naranja o rojo, ¿será mi sangre? Espero que no, estaría medio desangrado si todo eso fuese mío.

Pero… oigo pasos acercándose por mi espalda. El sonido metálico de los goznes me indica que una puerta acaba de abrirse tras de mí. Los pasos se acercan más y – plof – mi, yo, … todo me da vueltas, creo que acaban de golpearme la cabeza con algo. Duele, pero, que ocurre. No puedo moverme, no era necesario, ¿qué es lo que he hecho? – zas – una vez más, esta vez ha sido en mi brazo. Creo que lo tengo roto, aunque tampoco lo siento. Espero que la adrenalina no deje de fluir o lo pasaré realmente mal.

- ¿Cuál es tu nombre? - ¿Quién te envió? – Me gritan tan cerca de mi oído que las palabras retumban en mi cerebro como si estuviésemos en una cueva.

- Debería contestar algo. Han vuelto a golpear mis brazos. Pero no puedo pronunciar palabra, no consigo hacer que mi boca se abra mas que para coger aire pero ningún sonido sale por ella.

- ¿Acaso estás sordo? - ¿O es que quieres más? - ¿C-U-Á-L E-S T-U N-O-M-B-R-E?

- No lo se, señor… No consigo – plas – recordarlo. El golpe seco de una mano en mi cara me hace ver las estrellas.

La cabeza me va a estallar. – Un momento, ¿qué hace?, no por, ¡por favor! – Un chorro enorme de agua helada cae sobre mi cabeza tapada por un saco, me cuesta respirar. El plástico se adhiere a mi piel, no consigo que el aire llegue a mis pulmones. Intento gritar pero no parece que les afecte, más bien les hace gracia, oigo sus risas, mientras alguien sigue haciéndome preguntas, pero no puedo escucharle. Ya no tiene importancia. No creo que pueda hacer que esto pare de ninguna manera. Otra vez agua. Más fría. Ya casi no puedo pensar, ni moverme, ni respirar.

Han debido cansarse, me quitan la bolsa de la cabeza y el aire entra tan fuerte en mis pulmones que duele, casi quema. Pero al menos respiro.

Siguen pegándome. Alguien se acerca por detrás y me acerca algo frío y metálico a mi cabeza. Oigo como una pistola es amartillada. Escucho como la bala entra en la recámara. Espero el click del gatillo. Espero que la bala consiga matarme y acabar con esto de una vez. Todo está en silencio, nadie habla. Estarán esperando que sea yo el primero que diga algo o que todo se funda a negro. Pero no llega nunca. No dispara, sólo espera mientras clamo mis oraciones, que Alá me acoja en su seno. El grande y misericordioso me estará esperando. Click…. Y nada más. ¿Dónde está la explosión? ¿Dónde está la bala? Click… pero no hay bala, click click click… hijos de …vuelvo a escuchar sus risas mientras el corazón salta de mi pecho.

-Matadme ya- imploro – y dejadme seguir en paz. –No se nada de lo que me preguntáis, no puedo ayudarles, por favor déjenme.

Vuelven a tapar mi cabeza mientras sueltan mis ataduras. Me levantan de la silla y me arrastran por lo que parece un largo pasillo mientras a mi alrededor escucho mas rezos, gritos, llantos y risas. Mañana será otro día. Mañana será el mismo día.

domingo, 14 de diciembre de 2008

¡Vivan los dinosaurios!. La España que nos merecemos III

Hipocresía: Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Hipócrita:
Que actúa con hipocresía.

Quería empezar así por si después alguien se lleva a equívocos de algún tipo. Las definiciones vienen a colación del carácter de nuestros políticos. Esos seres a los que la mayoría les presupone un cierto nivel de preparación, coraje, saber estar, educación... en fin, las características con las que un político que se precie debería contar.

Pero claro, después uno ve y escucha algunas declaraciones y se pregunta qué tienen que ver esos personajillos que pululan por los pasillos del congreso y el senado con lo que debería ser un político.

Podría hablar de un montón de declaraciones de cualquier partido, pero si hay unas que han llamado mi atención en los últimos días son, sin duda, las que realizo Manuel Fraga Iribarne, presidente fundacional del partido popular.

Sin trapitos calientes, el señor en cuestión, contestó a la pregunta
sobre la conveniencia de "ponderar el peso de los nacionalistas en la política española" lo siguiente: "habría que ponderarlo colgándolos de algún sitio". Ya por si solas hablan de la manera de pensar del personaje en cuestión. Claro que en el fondo no me ha extrañado lo más mínimo si tenemos en cuenta que, el año pasado, ya dijo que no sería mala idea sacar los tanques por las calles del País Vasco hablando de posibles soluciones para el problema del terrorismo. Ahí es nada. Pero no son las únicas declaraciones polémicas que ha hecho; "Franco era severo, pero nunca fue un criminal, que yo sepa" tan sugerente declaración la hizo ante los niños de un colegio aragonés. Menos mal que estaban hablando de democracia, si no no se dónde habría podido llegar.

Pero claro, esto no pasaría si a cada uno le tratasen como corresponde. Me explico. ¿Dónde se ha visto que a alguien que ha formado parte de un movimiento fascista se le permita deambular a su aire sin ningún tipo de represalia? Pues aquí tenéis un caso. El "Señor" Fraga Iribarne fue parte del "gobierno" del generalísimo, es decir, formó parte de la dictadura que durante 40 años ha sufrido este país. Pues bien, en lugar de juzgarle por crímenes contra la humanidad se le permite formar parte de nuestro senado. Y no solo eso. No son pocos los medios de comunicación que defienden su figura por haber sido uno de los padres de la constitución española. Quizá a esos medios habría que recordarles los motivos por los que estuvo en las reuniones en cuestión. Quizá ahora se entienda mejor porqué este post empieza como empieza.

Pero no sólo por eso he empezado así. Mientras que en la derecha se pide la cabeza de Joan Tarda por sus declaraciones; "muerte al Borbón", que si bien él mismo ha explicado cuesta creerse, mientras que el fiscal general del estado busca ilegalidad por decir que el tribunal superior de justicia es un órgano corrupto, que también ya le vale al de esquerra, entendería que se dijese que los jueces lo son, pero no la institución (si algo caracteriza a los antidemócratas es poner en duda las instituciones del estado). La misma derecha justifica las palabras de Don Manuel, si no leed la explicación de Sáenz de Santamaría.

Pero vamos, que en todos lados cuecen. Tampoco tiene mucho sentido que en el P.S.O.E. intenten dar un pase de pecho tras las declaraciones de Pedro Castro, presidente de la Federación de Municipios y Provincias, diciendo que "hace falta ser tonto de los cojones para seguir votando a la derecha", aunque se piense de esa manera no debería ser un representante político quién lo dijese así, habría que recordarle que en el municipio donde gobierna más de uno ha votado a dicha ideología.

Aún así, creo que no es comparable el hecho de albergar entre las filas de un partido a alguien a quién le falta un hervor con albergar a un fascista reconocido. Ya lo decía Alejandro Sanz, "no es lo mismo".

Quizá también se le podría recordar sus propias palabras cuando dice "El nacionalismo, por definición, es lo contrario a la defensa de España". En eso, sin que sirva de precedente, estamos de acuerdo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

La Ola

Dirigida por Dennis Gansel, esta película pone de manifiesto verdades como puños, que muchos ya sabrían, pero otros tantos no. Por eso pienso que todos deberían verla, unos para que vean cómo sus ideas y "discursos" no son tan originales como pudiera parecer, y otros por si abren un poquito los ojos a todo lo que les rodea.

La película se basa en el libro "La ola" de Morton Rhue y en un hecho real ocurrido en Estados Unidos en 1967, un experimento sobre el nacionalsocialismo que se tuvo que suspender por el cariz que estaba tomando el asunto, ya que en pocos días, la clase en cuestión se había organizado de forma dictatorial contando con un líder, servicio de escolta para el mismo, seguridad, un grupo dedicado a publicitar al grupo, incluso un servicio de espionaje.

La idea surge de una simple pregunta, ¿podría ocurrir en nuestros días algo similar o igual al nazismo?. Muchos pensamos que la respuesta es bastante obvia, SI. Pero al parecer mucho opinan que no (a pesar de tener ex-presidentes que bien podrían ser juzgados por crímenes de lesa humanidad).

Pues, según entiendo, en la película este es precisamente el caldo de cultivo propicio para que pueda volver a surgir el nacional-socialismo y la pregunta que recoge el profesor para llevar a cabo su experimento autocrático sin que los alumnos sepan nada. Aprovecha las debilidades de cada uno de los individuos para después hacerles ver la seguridad que tendrían formando parte del grupo, ayudando al grupo en sí o a una parte integrante del mismo, haciendo que sus deficiencias, sus características personales pierdan importancia frente a las del propio grupo. Esto, por supuesto también, va coartando su libertad individual, su capacidad de tomar decisiones personales, y haciendo que poco a poco el "grupo" excluya a todos aquellos que no piensen exactamente igual que ellos. Todo gracias a una estricta disciplina camuflada como bien común.

Es cierto que la película, sin justificarlo de ningún modo, deja entrever que en todas partes cuecen y que la autarquía convive con nosotros en distintos ámbitos, en la escuela al fin y al cabo no son los alumnos los que eligen las normas ni el comportamiento, en casa los hijos son dirigidos por los padres, en la pareja es fácil que sea uno de los dos el que lleve la batuta y el otro se limite a seguirle a corta distancia, pero evidentemente no es tan sencillo, hay muchas de las normas que simplemente están basadas en el respeto y no en la pura disciplina ni el seguimiento a ojos cerrados del líder de la manada (aunque en un campo de fútbol podríamos discutir sobre esto largo y tendido).

El caso es que al final todo se sale de madre y termina como el rosario de la aurora (no daré muchos detalles por si alguien que lea esto quiere ver la película).

Si al menos sirviese para que la gente reflexionase sobre el lugar en el que vivimos me daría por satisfecho, teniendo en cuenta que, día si y día también, se nos está pidiendo desde distintos ámbitos que olvidemos nuestra dictadura como si se pudiese perdonar de alguna manera semejante atrocidad. Y además se nos exige en base a nuestra españolidad, a nuestra democracia como si tuviésemos la culpa de los muertos de los demás, de 40 años de franquismo y de haber tenido que tragar con una carta magna del todo incompleta y sesgada por el resentimiento fascistoide. Y todo eso bajo la insidiosa idea de romper con ello nuestra España. Pero esa es otra historia.

El caso es que todo me lleva a una pregunta. ¿Podría pasarme esto a mí? Mi respuesta es clara. NO. Pero eso mismo responden todos los alumnos de la clase... o casi.