viernes, 19 de diciembre de 2008

El Canto del Viento

El canto del viento entre los árboles me hace olvidar todo lo que me rodea. Su sonido se mete en mi cabeza y la deja limpia, ausente y alejada del mundo. Ya no tiene importancia ver como caen los troncos a mi alrededor deshojándose en la caída. No tiene importancia ver como las ramas que forman los nidos van desparramándose sin remedio. No tiene importancia ver como todos los pájaros salen volando huyendo lo más rápido que pueden. Nada tiene importancia más que yo.

Ya nada queda de lo que fui. Y sin embargo sigo siendo yo mismo. El aleteo de la última ave parecía estar diciéndome adiós a medida que se alejaba, mientras se hacía cada vez más pequeño, más imperceptible, menos importante.

Pero por qué no me toca nadie. Acaso quieren herirme aún más dejándome aquí plantado. Seré el recuerdo doloroso de lo que fui y ya no soy, el recuerdo de mis hermanos mutilados y abatidos que me miran con una media sonrisa. Parece que estuvieran diciendo - ánimo, aguanta, serás lo último que quede de nosotros – con media sonrisa entre irónica y triste. Pero no saben que ya no es posible, no me queda ánimo, ni ganas de aguantar, ni seré lo último que quedará de nosotros pues nosotros ya no existe, ya no existo. Pero ¿cómo podría decírselo? ¿Cómo podría arrebatarles el último hálito de esperanza? ¿Cómo abrir unos ojos ya cerrados al horror que están viviendo? Sería yo tan culpable como ellos.

Sólo puedo responder con la misma sonrisa, con la misma mirada esperanzadora. Sólo puedo verles caer a mi alrededor.

Todo cae a mi alrededor. No soy lo que fui. No seré.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El mundo que queremos tener.

¿Qué es ese olor? Intento abrir los ojos, pero algo me lo impide, no puedo levantar los párpados. EL intenso dolor hace que apenas entre un ápice de luz como si del resquicio de una puerta se tratase. ¿Pero porqué duele tanto? ¡Y ese olor! Me recuerda al día del sacrificio de los corderos. Ese olor, ese olor a sangre seca. A hemoglobina que ya no cumple su función. Ahora que puedo concentrarme algo más en lo que ocurre, empiezo a notar una gota caliente corriendo por mi cara. Si, debe ser mía, pero ¿cómo he llegado a esto? ¿Qué habré hecho para encontrarme aquí?

Aaaaah, acabo de destrozarme las muñecas intentando limpiarme la cara. Las tengo sujetas con algo que se me ha clavado como si fuesen agujas y creo que ahora mi sangre también corre por ellas. Debe ser por eso que no siento los hombros, los tengo como dormidos y no me responden muy bien, aunque con las manos sujetas a la silla en la que me encuentro sentado tampoco es que fuese a moverlos mucho.

¿Cuánto tiempo ha pasado? Mis ojos empiezan a distinguir colores por la pequeña rendija que queda de ellos. Algo verde, algo negro, algo naranja o rojo, ¿será mi sangre? Espero que no, estaría medio desangrado si todo eso fuese mío.

Pero… oigo pasos acercándose por mi espalda. El sonido metálico de los goznes me indica que una puerta acaba de abrirse tras de mí. Los pasos se acercan más y – plof – mi, yo, … todo me da vueltas, creo que acaban de golpearme la cabeza con algo. Duele, pero, que ocurre. No puedo moverme, no era necesario, ¿qué es lo que he hecho? – zas – una vez más, esta vez ha sido en mi brazo. Creo que lo tengo roto, aunque tampoco lo siento. Espero que la adrenalina no deje de fluir o lo pasaré realmente mal.

- ¿Cuál es tu nombre? - ¿Quién te envió? – Me gritan tan cerca de mi oído que las palabras retumban en mi cerebro como si estuviésemos en una cueva.

- Debería contestar algo. Han vuelto a golpear mis brazos. Pero no puedo pronunciar palabra, no consigo hacer que mi boca se abra mas que para coger aire pero ningún sonido sale por ella.

- ¿Acaso estás sordo? - ¿O es que quieres más? - ¿C-U-Á-L E-S T-U N-O-M-B-R-E?

- No lo se, señor… No consigo – plas – recordarlo. El golpe seco de una mano en mi cara me hace ver las estrellas.

La cabeza me va a estallar. – Un momento, ¿qué hace?, no por, ¡por favor! – Un chorro enorme de agua helada cae sobre mi cabeza tapada por un saco, me cuesta respirar. El plástico se adhiere a mi piel, no consigo que el aire llegue a mis pulmones. Intento gritar pero no parece que les afecte, más bien les hace gracia, oigo sus risas, mientras alguien sigue haciéndome preguntas, pero no puedo escucharle. Ya no tiene importancia. No creo que pueda hacer que esto pare de ninguna manera. Otra vez agua. Más fría. Ya casi no puedo pensar, ni moverme, ni respirar.

Han debido cansarse, me quitan la bolsa de la cabeza y el aire entra tan fuerte en mis pulmones que duele, casi quema. Pero al menos respiro.

Siguen pegándome. Alguien se acerca por detrás y me acerca algo frío y metálico a mi cabeza. Oigo como una pistola es amartillada. Escucho como la bala entra en la recámara. Espero el click del gatillo. Espero que la bala consiga matarme y acabar con esto de una vez. Todo está en silencio, nadie habla. Estarán esperando que sea yo el primero que diga algo o que todo se funda a negro. Pero no llega nunca. No dispara, sólo espera mientras clamo mis oraciones, que Alá me acoja en su seno. El grande y misericordioso me estará esperando. Click…. Y nada más. ¿Dónde está la explosión? ¿Dónde está la bala? Click… pero no hay bala, click click click… hijos de …vuelvo a escuchar sus risas mientras el corazón salta de mi pecho.

-Matadme ya- imploro – y dejadme seguir en paz. –No se nada de lo que me preguntáis, no puedo ayudarles, por favor déjenme.

Vuelven a tapar mi cabeza mientras sueltan mis ataduras. Me levantan de la silla y me arrastran por lo que parece un largo pasillo mientras a mi alrededor escucho mas rezos, gritos, llantos y risas. Mañana será otro día. Mañana será el mismo día.

domingo, 14 de diciembre de 2008

¡Vivan los dinosaurios!. La España que nos merecemos III

Hipocresía: Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Hipócrita:
Que actúa con hipocresía.

Quería empezar así por si después alguien se lleva a equívocos de algún tipo. Las definiciones vienen a colación del carácter de nuestros políticos. Esos seres a los que la mayoría les presupone un cierto nivel de preparación, coraje, saber estar, educación... en fin, las características con las que un político que se precie debería contar.

Pero claro, después uno ve y escucha algunas declaraciones y se pregunta qué tienen que ver esos personajillos que pululan por los pasillos del congreso y el senado con lo que debería ser un político.

Podría hablar de un montón de declaraciones de cualquier partido, pero si hay unas que han llamado mi atención en los últimos días son, sin duda, las que realizo Manuel Fraga Iribarne, presidente fundacional del partido popular.

Sin trapitos calientes, el señor en cuestión, contestó a la pregunta
sobre la conveniencia de "ponderar el peso de los nacionalistas en la política española" lo siguiente: "habría que ponderarlo colgándolos de algún sitio". Ya por si solas hablan de la manera de pensar del personaje en cuestión. Claro que en el fondo no me ha extrañado lo más mínimo si tenemos en cuenta que, el año pasado, ya dijo que no sería mala idea sacar los tanques por las calles del País Vasco hablando de posibles soluciones para el problema del terrorismo. Ahí es nada. Pero no son las únicas declaraciones polémicas que ha hecho; "Franco era severo, pero nunca fue un criminal, que yo sepa" tan sugerente declaración la hizo ante los niños de un colegio aragonés. Menos mal que estaban hablando de democracia, si no no se dónde habría podido llegar.

Pero claro, esto no pasaría si a cada uno le tratasen como corresponde. Me explico. ¿Dónde se ha visto que a alguien que ha formado parte de un movimiento fascista se le permita deambular a su aire sin ningún tipo de represalia? Pues aquí tenéis un caso. El "Señor" Fraga Iribarne fue parte del "gobierno" del generalísimo, es decir, formó parte de la dictadura que durante 40 años ha sufrido este país. Pues bien, en lugar de juzgarle por crímenes contra la humanidad se le permite formar parte de nuestro senado. Y no solo eso. No son pocos los medios de comunicación que defienden su figura por haber sido uno de los padres de la constitución española. Quizá a esos medios habría que recordarles los motivos por los que estuvo en las reuniones en cuestión. Quizá ahora se entienda mejor porqué este post empieza como empieza.

Pero no sólo por eso he empezado así. Mientras que en la derecha se pide la cabeza de Joan Tarda por sus declaraciones; "muerte al Borbón", que si bien él mismo ha explicado cuesta creerse, mientras que el fiscal general del estado busca ilegalidad por decir que el tribunal superior de justicia es un órgano corrupto, que también ya le vale al de esquerra, entendería que se dijese que los jueces lo son, pero no la institución (si algo caracteriza a los antidemócratas es poner en duda las instituciones del estado). La misma derecha justifica las palabras de Don Manuel, si no leed la explicación de Sáenz de Santamaría.

Pero vamos, que en todos lados cuecen. Tampoco tiene mucho sentido que en el P.S.O.E. intenten dar un pase de pecho tras las declaraciones de Pedro Castro, presidente de la Federación de Municipios y Provincias, diciendo que "hace falta ser tonto de los cojones para seguir votando a la derecha", aunque se piense de esa manera no debería ser un representante político quién lo dijese así, habría que recordarle que en el municipio donde gobierna más de uno ha votado a dicha ideología.

Aún así, creo que no es comparable el hecho de albergar entre las filas de un partido a alguien a quién le falta un hervor con albergar a un fascista reconocido. Ya lo decía Alejandro Sanz, "no es lo mismo".

Quizá también se le podría recordar sus propias palabras cuando dice "El nacionalismo, por definición, es lo contrario a la defensa de España". En eso, sin que sirva de precedente, estamos de acuerdo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

La Ola

Dirigida por Dennis Gansel, esta película pone de manifiesto verdades como puños, que muchos ya sabrían, pero otros tantos no. Por eso pienso que todos deberían verla, unos para que vean cómo sus ideas y "discursos" no son tan originales como pudiera parecer, y otros por si abren un poquito los ojos a todo lo que les rodea.

La película se basa en el libro "La ola" de Morton Rhue y en un hecho real ocurrido en Estados Unidos en 1967, un experimento sobre el nacionalsocialismo que se tuvo que suspender por el cariz que estaba tomando el asunto, ya que en pocos días, la clase en cuestión se había organizado de forma dictatorial contando con un líder, servicio de escolta para el mismo, seguridad, un grupo dedicado a publicitar al grupo, incluso un servicio de espionaje.

La idea surge de una simple pregunta, ¿podría ocurrir en nuestros días algo similar o igual al nazismo?. Muchos pensamos que la respuesta es bastante obvia, SI. Pero al parecer mucho opinan que no (a pesar de tener ex-presidentes que bien podrían ser juzgados por crímenes de lesa humanidad).

Pues, según entiendo, en la película este es precisamente el caldo de cultivo propicio para que pueda volver a surgir el nacional-socialismo y la pregunta que recoge el profesor para llevar a cabo su experimento autocrático sin que los alumnos sepan nada. Aprovecha las debilidades de cada uno de los individuos para después hacerles ver la seguridad que tendrían formando parte del grupo, ayudando al grupo en sí o a una parte integrante del mismo, haciendo que sus deficiencias, sus características personales pierdan importancia frente a las del propio grupo. Esto, por supuesto también, va coartando su libertad individual, su capacidad de tomar decisiones personales, y haciendo que poco a poco el "grupo" excluya a todos aquellos que no piensen exactamente igual que ellos. Todo gracias a una estricta disciplina camuflada como bien común.

Es cierto que la película, sin justificarlo de ningún modo, deja entrever que en todas partes cuecen y que la autarquía convive con nosotros en distintos ámbitos, en la escuela al fin y al cabo no son los alumnos los que eligen las normas ni el comportamiento, en casa los hijos son dirigidos por los padres, en la pareja es fácil que sea uno de los dos el que lleve la batuta y el otro se limite a seguirle a corta distancia, pero evidentemente no es tan sencillo, hay muchas de las normas que simplemente están basadas en el respeto y no en la pura disciplina ni el seguimiento a ojos cerrados del líder de la manada (aunque en un campo de fútbol podríamos discutir sobre esto largo y tendido).

El caso es que al final todo se sale de madre y termina como el rosario de la aurora (no daré muchos detalles por si alguien que lea esto quiere ver la película).

Si al menos sirviese para que la gente reflexionase sobre el lugar en el que vivimos me daría por satisfecho, teniendo en cuenta que, día si y día también, se nos está pidiendo desde distintos ámbitos que olvidemos nuestra dictadura como si se pudiese perdonar de alguna manera semejante atrocidad. Y además se nos exige en base a nuestra españolidad, a nuestra democracia como si tuviésemos la culpa de los muertos de los demás, de 40 años de franquismo y de haber tenido que tragar con una carta magna del todo incompleta y sesgada por el resentimiento fascistoide. Y todo eso bajo la insidiosa idea de romper con ello nuestra España. Pero esa es otra historia.

El caso es que todo me lleva a una pregunta. ¿Podría pasarme esto a mí? Mi respuesta es clara. NO. Pero eso mismo responden todos los alumnos de la clase... o casi.

viernes, 28 de noviembre de 2008

La España que nos merecemos II

No pensaba yo convertir esto en una serie llena de miserias sobre estos terrenos que pisamos todos los días, pero es que me lo piden a gritos. No voy a decir que yo sea un mesías enviado a explicar los engaños diarios de televisiones y medios varios, ni siquiera que no me la endiñen por el famoso orto que adorna mi anatomía de vez en cuando sin que me entere. Es simplemente que, cuando menos se lo espera, uno se ve sumergido en conversaciones que pensaba no iba a tener, escuchando sandeces que pensaba no iba a escuchar. Y es que como reza el refrán "mal de muchos, consuelo de tontos". Pero, ¿y si es al revés?, ¿y si al final resulta que el que queda como tonto es uno mismo ante la "suerte" de muchos?

Pues en esas andábamos el otro día hablando del "buen pocero", que manda un par el mote, pero lo fácil manda en estos días.

Salió el tema del susodicho constructor. Y, la verdad, me sorprendió un poco. Es decir, el tipo anuncia que va a construir viviendas, unas cuantas, muchas o las que sean, que no me importa el número. Cuenta que no tiene terrenos aún, y que no sabe cuando los va a tener, que si de mi depende no pongo un duro en su mesa, pero no es nada distinto a lo que las cooperativas llevan haciendo toda la vida. Además te cuenta cual va a ser su beneficio cuando todo termine, la desdeñable cifra del 3.6% que va a rebajar al 3% para que el precio final sea más asequible a los futuros compradores (si es que antes no era ya así). A cambio de todo esto pide 120€ como reserva y 9000 más cuando consiga algún monte que desmontar y llenar de cemento. Y aquí acabaría el cuento de no montarse la que se ha montado.

Colas kilométricas de futuros hipotecados ante la posibilidad de conseguir firmar un papelito donde les ponga que no van a tener que estar hipotecados hasta los 80 años pagando el sueldo entero para poder tener una digna casita de 30 metros o poco más.

Pues le tachan de timador, estafador, y cosas aún más sonoras y apabullantes. ¿Y todo por qué? ¿porqué ofrece humo? Pues no lo veo yo tan claro, al fin y al cabo el ha puesto todas sus cartas sobre la mesa incluyendo sus beneficios que ya es más de lo que hacen el resto de constructores, o acaso hay que recordar facinsa o ahora el revuelo montado con los rusos, el petróleo y la madre que lo parió porque otra constructora no tiene un pavo.

Pues nada, que el tipo no merece ni el aire que respira, me contaban. Que hace años le perseguían por Fuenlabrada para matarle porque había entregado otra promoción tarde y más cara de lo que prometió en principio (eso sí, los de enfrente lo entregaban también tarde y el doble de caro).

Pues entonces las colas, ¿de dónde salen?, si tan baratos están los pisos en "fuenla" como además alegan algunos, ¿qué necesidad tiene la gente de aguantar una semana a la intemperie para entregar 120 euritos sin saber cuando podrán ver un ladrillo encima de otro?, ¿qué me queréis decir?, ¿que todos son idiotas incapaces de ver los "chollos inmobiliarios" que, según estos, están surgiendo en esta época de crisis?. Pues poco dice eso de la población en cuestión y sus habitantes, que todos sabemos que tampoco es que sean lo más granado de la comunidad, pero alguno habrá que tenga dos dedos de frente, digo yo.

Pero además, lo que me llama la atención es que sea el propio alcalde de turno el que salga a quejarse de los métodos de venta y las formas y maneras del tipo vendedor, cuando más cerca que lejos, el otro pocero, el "malo", ha estado construyendo a destajo en un secarral, sin agua potable, ni servicios, pero eso sí, con un laguito artificial precioso donde podrán verse el careto reflejado los compradores o bebérselo con pajita, a su gusto.

Para mi que lo que ocurre es que es muy fácil sacudir al vecino. Muy fácil despotricar contra el que sigue viviendo en su barrio de siempre, en su casa de siempre, tomándose su whisqui de siempre en el bar de siempre, porque es igual de fácil que siempre encontrarle y partirle la boca.

Pero a todos esos que de él se quejan no les he visto hacer lo propio cuando salían, según que ministros, explicando que si la vivienda subía es porqué alguien la compraba (el mismo que ahora está metido en ciertos turbios asuntos con la Comunidad Valenciana de por medio y unos dineros para los que no se encuentra explicación de su origen). Tampoco les he visto quejarse cuando el cuñado de turno consigue que le recalifiquen sus abandonados terrenos en Matabubillo del Condado para poder hacer viviendas de lujo donde cristo dio las tres voces. Ni tampoco les oigo quejarse cuando aparece en el papel cuché cualquier otro constructor con su nuevo jet privado o haciendo una fiesta rodeado de meretrices en el yate amarrado en Marbella gracias a los beneficios conseguidos con la venta justa de varios miles de viviendas en la costa.

Porqué es más fácil atizarle al pequeño que al grande, así parece que nosotros mismos crecemos con ello. Solución... sencilla, vosotros seguid pagando hipoteca durante 70 años, dejádsela en herencia a vuestros vástagos y daros palmaditas en la espalda felicitándoos por no dejaros engañar por el timador ese de la barbita.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La España que nos merecemos

Al final me tuvieron que agriar el día. Ayer, 20N, fecha fascistoide donde las haya, andaba yo contento fíjate. Y estaba contento porque creo que es el primer año en que no había estado todo el día escuchando noticias sobre las manifestaciones fascistas a favor del régimen dictatorial del nefasto Francisco Franco (Paco pantanos para los amigos), pero al final como el refrán. Seré yo que soy muy inocente pero, que decepción cuando, anoche, escuchando la radio me entero que ha habido una petición en Toledo para retirarle al dictador la medalla de oro de la ciudad y la del alcázar de la misma (impuestas ambas, nunca mejor dicho, por orden del régimen en su tiempo). Pues bien, contenta mi inocencia con la propuesta, pensaba yo que nadie se quejaría de la misma. De los 24 ediles del ayuntamiento de Toledo, 13 votos a favor, izquierda unida y PSOE, y 11 en contra, los del PP. En la frente.

Pero ya no es que dejen clara su postura ante el fascismo y el régimen que tanto atraso, dolor, y muerte causó en este país, no, no les vale con eso. Encima tuve que estar aguantando una especie de hipocresía necia y barata fabricada para estúpidos (valga la redundancia) que no sabrán hacer la O con un canuto, "no votamos a favor, porque si pregunta a los jóvenes por la calle ninguno le dirá que la medallita sea una preocupación para ellos" "que se dedique el alcalde a encontrar soluciones para las hipotecas y el paro". Iba a decir que sin comentarios, pero que narices, hace falta ser estúpido para decir semejantes palabras y pretender llevar la razón absoluta con ellas. Le imagino en el bar con sus amigos "je, mira estos tontos, después de esto ya verás como en las siguientes elecciones tenemos más votos" y lo peor es que seguro que es así.

Espero que a nadie más se le ocurra decirme que el PP no apoya el franquismo, que a nadie se le ocurra decirme que son demócratas apoyando semejantes tesis fascistas. Y si alguien quiere demostrar que me equivoco, que empiece por mostrarme al menos un indicio de que el PP, como partido (obviamente no todos los afiliados pensarán así), declara estar en contra de las opiniones vertidas por el PP de Toledo, y no estaría de más que retirase el carné del partido a semejante personaje, Lamberto García Pineda se llama el gachó. Es más, todo aquel que se considere demócrata debería exigir que ninguna declaración hecha por cualquier miembro de un partido saliese de esas tesis. ¡Ah! y ya se que en otras ciudades como Cádiz y Sevilla el PP no se opuso a medidas semejantes, que conste.

En respuesta a una entrada en la web de telecinco...

Si esto es más sencillo Ana, lo lógico sería que nos dejásemos de hipocresía y nos declarásemos país fascista, que lo somos. Si no no entiendo como es posible que antiguos ministros del gobierno de este país salgan diciendo que la dictadura (aunque ellos no lo llaman así) no fue tan mala porque había familias que vivían estupendamente bajo ese régimen y no se puede, por tanto, juzgar a toda esa parte de la sociedad. Pues eso, fascismo puro y duro que justifica al fascismo reinante durante 40 años por estos páramos. ¿No queremos eso? Entonces ¿dónde está el problema con la ley de la memoria histórica?, ¿porqué no la han pedido todos los partidos "democráticos" por igual? ¿Porqué aún no hay leyes que prohiban todo tipo de manifestación fascista, sea con el motivo que sea, sus símbolos y demás parafernalia? ¿Porqué se consienten todo este tipo de cosas? Es más, si tan europeos somos, ¿porqué no se aplican las mismas leyes que en Alemania donde sí está prohibido todo tipo de manifestación de este tipo? HIPOCRESÍA señores, somos todos unos hipócritas.

Es lo que opino.

martes, 18 de noviembre de 2008

Quiero ser como Pérez-Reverte

Pues si, no me importaría nada en absoluto.

Llevo leyendo sus libros desde que escribió el primero y he sido capitán, reportero, mendigo y diablo gracias a sus lineas. Pero "no empecemos a comernos las pollas caballeros que todavía es pronto". No es que quiera tener su vida, que tampoco me importaría, lo que me gustaría es poder expresarme la mitad de claro de lo que él lo hace en su columna semanal (cuyo enlace está en esta misma página). Y me gustaría porque mientras que en sus libros el escritor acaba esclavo de sus propios personajes, por mucho que los personalice, en su columna no. En esa columna se expresa tan libremente como su propia consciencia y decoro le permita, que no es poco.

No debe ser sencillo pertenecer a la Real Academia de la Lengua y tener que seguir escuchando a los que dicen que su forma de escritura no vale para nada, que no tiene mérito ninguno escribir lo que escribe y como lo escribe. Que ya supongo que se lo debe pasar por el forro y cada perro que lleve su sarna. Pero a todos esos les diría que se equivocan, que es más, a muchos nos la pela si el corso escribe literatura o LITERATURA, lo que está claro es que somos muchos los que disfrutamos con sus personajes y sus historias que ya es más de lo que consiguen muchos de los que de él se quejan. De hecho seguro que más de uno se masturba pensando en Teresa en la oscuridad de sus cuevas cuando nadie puede reprender sus actos.

Así que sin ningún pudor lo digo, por su facilidad de palabra, por su elegante ironía y porque si coño, quiero ser como Pérez-Reverte.

PD: por la insistencia en que no use palabras malsonantes informaré que la frase entrecomillada es simplemente una referencia al señor Tarantino y su Pulp Fiction que me venía al pelo en este tema.

jueves, 13 de noviembre de 2008

DIARIO DE VIAJE. EGIPTO III

Día 28. Tras una noche de navegación despertamos en el puerto de Edfú, la siguiente etapa del viaje. El despertar fue curioso porque desde las ventanas del barco podíamos ver el puerto y los dos policías que “guardaban” la puerta por la que teníamos que descender a tierra. Como vimos que la cosa iba par largo me subí a la terraza del barco para poder hacer fotos desde arriba, y vaya si hice. A los policías, a los puestos de ropas y baratijas que, mira tu que casualidad, hay frente a los amarres de los barcos, a la gente que por allí pululaba.


Esta fue la parte más interesante. Aún era pronto y no había mucho turista por la calle, con lo que los dueños de las tiendas iban de un lado para otro colocando mercancías y hablando entre de ellos, vete a saber de qué, pero al menos entre tanto guiri se podía “disfrutar” un poco viendo como actuaban los egipcios entre sí cuando no están pendientes de los turistas, las ventas y demás.

Cuando por fin pudimos bajar del barco pude observar como nuestro guía, con gran disimulo, le pasó a uno de los guardias un “pequeño” fajo de billetes mientras le daba un pequeño abrazo que, por supuesto, el policía le devolvió con agrado. Fue la primera vez que vi a Sayed hacer algo así pero no fue la última ni mucho menos.

La razón de la parada en Edfú era ver el templo que lleva el mismo nombre, dedicado al dios halcón, Horus, y que además es el mejor conservado de todo Egipto. Pero lo que no sabíamos era la forma en la que íbamos a llegar hasta el templo en sí. La respuesta tardamos poco en descubrirla. Frente a los barcos pararon varias calesas que fueron nuestro transporte. No digo que un paseo en calesa no sea curioso, pero no contaba con ello.

El caso es que atravesamos la ciudad en nuestros carritos mientras los caballos esquivaban coches, motos, viandantes y demás faunas locales hasta llegar al recinto sagrado. Como en casi todas las zonas turísticas no podían faltar las tiendas de recuerdos en las que los vendedores, colocados en la puerta de los establecimientos, se empeñaban en conseguir pararte de cualquier forma posible para intentar venderte su mercancía, lógico por una parte, pero bastante agobiante para algunos que no conseguían quitárselos de encima, algo por otra parte sencillo si te limitabas a no parar contestando, de la mejor forma que se puede, que no, que no y que no todo el rato (la, la, la y más la, que en egipcio es lo mismo). Pero de verdad que con paciencia y buen humor se lleva sin ningún problema, al contrario.

Al final llegamos frente a los pilonos de entrada. La única palabra que se me ocurre es impresionante. Están completos y las dimensiones tanto en altura como en anchura son descomunales, igual que ocurre con los grabados del rey, enormes y lo suficientemente marcados como para que no pudiese llegar otro después que los eliminase.

Con ese marco nos contó Sayed como veían los antiguos habitantes de Egipto el origen del mundo, el origen de las pirámides y su culto como objeto divino surgente del agua primitiva.

Y tras las explicaciones pudimos entrar y disfrutar del templo en todo su esplendor. Al atravesar los pilonos, las puertas, te encuentras con un gran patio de columnas y al fondo del mismo la entrada en sí flanqueada por dos estatuas de Horus, que siempre estaban llenas de turistas ávidos de conseguir la foto en cuestión.

Una vez dentro del templo te encuentras con la primera sala repleta de enormes columnas y cuyas paredes están completamente decoradas con escenas de batallas del faraón, los dioses del templo, ofrendas del faraón a los dioses, pero sin duda hay dos que me llamaron la atención más que las demás. Una no es demasiado grande, pero representa a Alejandro Magno abrazado por el propio Horus. Pretendían demostrar que el Magno era aceptado por el Dios para que a su vez fuera aceptado por lo egipcios como su rey aún siendo extranjero. Y el otro relieve, esta vez mucho más grande, es una barca solar en la que se pueden apreciar sin problemas la figura del faraón, parte de su corte, y diversos objetos y alimentos que el faraón llevaba en su barca tras fallecer para tener comida en la otra vida.

Pero si algo llama especialmente la atención es el juego de perspectivas de las diferentes salas. Poneros en situación. Hablamos de un templo enorme en dimensiones en el que las salas estaban destinadas a diversos personajes dependiendo de su rango dentro de la organización del templo. ¿Qué implicaba esto? Que los habitantes o visitantes de Edfú no podían pasar de las puertas del templo, tenían que permanecer en el patio de columnas viendo lo que ocurría en el interior a través de las puertas. A su vez, en la primera sala era donde se depositaba cada noche la estatua del dios que cada mañana recogía el sumo sacerdote, la ungía en diversos aromas de columna en columna y de sala en sala hasta llegar al sancta sanctórum donde colocaba la estatua.

Esto causaba un problema, el tamaño de la estatua y las proporciones del templo con respecto a ella. Si colocaban una estatua de gran tamaño, como correspondía a Horus y como esperaban los creyentes de la época, sería imposible que el sumo sacerdote pudiera transportarla todos los días. Pero si se hace una pequeña estatua para que el sacerdote pueda moverla, al colocarla en la última sala del templo la relación entre el tamaño de la puerta y la estatua en sí haría que el dios pareciera de tamaño ridículo al ser observado desde el patio. La solución que encontraron sorprende por ingeniosa. Lo que hicieron fue ir haciendo cada puerta de cada sala del templo más pequeña, así la propia perspectiva que se consigue hace que la estatua del dios parezca enorme porque aparentemente tiene el mismo tamaño que la puerta que le guarda y como los observadores no habían pasado nunca del patio pensaban que todas las puertas eran igual de grandes que la primera, es decir, enorme. Ya, que sí, pero poneros en los años en los que se construyó.

En este templo pudimos disfrutar de otra de las explicaciones de Sayed, que tiene por costumbre contar la historia del antiguo Egipto con una especie de teatro en el que los turistas acaban siendo partícipes y protagonistas. En este caso, la leyenda de Horus, sus padres y su hermano, de cómo y porqué perdió el ojo (que tanta gente lleva tatuado sin saber ni lo que es). Esta vez no me tocó salir, pero en Deir el Bahari si, y aunque ahora no recuerde la historia completa si que recuerdo el rato que pasé en ese momento y de la historia… pues más o menos oiga, pero para eso están los libros, ¿no?

Total, que salvando el mal cuerpo que se le puso a una de las chicas de nuestro grupo, la pobre no pudo ver el templo, la visita parecía que terminaba al salir entre los pilonos, pero no. Frente a ellos hay restos de otros edificios del recinto sagrado, y entre ellos vi a un “tipo con su disfraz” de egipcio, despistado, apoyado sobre un muro en ruinas, mirando a ninguna parte, supongo que esperando que algún turista quisiese hacerse una foto con él y conseguir algo de dinero con ello, lógico. Y claro, con la cámara en la mano no pude evitar fotografiarle en esa postura desentendida del mundo que tenía, lo que me llevó a entrar en las ruinas del edificio y descubrir a dos mujeres con sus trajes típicos (o más o menos) sentadas, espalda contra un muro. Más que sentadas diría que escondidas, apenas se las podía ver.

Pues bien, al acercarme, una de ellas me dijo que hiciese una foto. En ese momento me chocó bastante, desde que llegamos nos dijeron que a las mujeres no era muy conveniente hacerles fotos, y así se lo dije. Pero ella insistió en que no había problema, así que me apoyé contra una columna a fin de que no se me viese mucho tampoco mientras enfocaba y disparé tres veces mi cámara. Dada la dificultad para hacer fotos a las mujeres egipcias, pensé que lo justo sería pagarles algo por ello, pero al meter mi mano en el bolsillo a una de ellas pensé que le iban a saltar los ojos de sus cuencas, así que abandoné el movimiento, sujete la cámara con las dos manos y giré sobre mi mismo. ¿Qué vi? Poca cosa, un “hombrecito” me miraba fijamente mientras entre sus manos sujetaba un arma automática de asalto. Le saludé como quién no quiere la cosa y disimulé como pude sin dejar de hacer fotos a las ruinas. Por suerte se marchó medio convencido, les dí el dinero a las mujeres y salí de allí sin prisa… pero sin pausa. Alguno pensará que tampoco era nada, que no iba a pasar nada, pero cuando te enteras que a alguna de las personas del viaje casi le quitan la cámara tras comprobar las fotos que había hecho la idea cambia un poco, al menos la mía.

El caso es que tras la aventurilla, je, volvimos a coger una calesa que nos iba a llevar de vuelta al barco. Algo que lamenté bastante porque mientras volvíamos a recorrer la ciudad pude ver como los habitantes de la misma salían por todas partes, y se dirigían a sus tareas, supongo. Entre otras cosas, un mercado de comida, con puestos de fruta, verdura y demás que me hubiese gustado poder ver con calma, pero bueno, es lo que tiene ir como borreguitos en este tipo de viajes organizados, que todos balamos cuando tenemos que balar y punto.

Llegamos al barco, siguiente etapa de encierro, pero sin remedio, teníamos que llegar a Kom-Ombo y los dominios de Sobek.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

DIARIO DE VIAJE. EGIPTO II

Ya lo habíamos visto la noche anterior, es cierto, pero cambia mucho, a mejor, al verlo con la luz del sol. Hablo del templo de Luxor.

Frente a la entrada del templo, al final de la avenida de las esfinges, Sayed nos explicó como los franceses, en un ataque de lucidez del presidente egipcio, consiguieron llevarse uno de los obeliscos que custodiaban las estatuas de Ramses en la entrada al templo y gracias a que no se partió al trasladarlo a París podemos seguir disfrutando al menos de su pareja, pero consiguieron romper la simetría característica de las construcciones egipcias. Una más. Nos contó también como se modificó la orientación del templo cuando estaba a medio construir, y como tras siglos de arena que lo sepultó, se construyó una mezquita que ahora también es una pena destruir, tiene siete siglos, y “flota” quince metros por encima del suelo del templo entre sus columnas y grabados. Por fin entramos en su interior para llegar al primer patio donde otros dos colosos de Ramses II guardan la entrada al patio de columnas. Dejé el disparador de mi cámara echando humo con la estatua derecha. Basalto, iluminada por el sol, completamente pulida… también pude ver a su esposa, un poco mas pequeña eso si.
Tras pasar por esa puerta llegas al enorme patio de columnas que, aunque un poco desvencijadas, siguen impresionando por su tamaño.

Y a partir de aquí dos sorpresas, una más agradable que otra la verdad. Nos movíamos hacia el sancta santorum, y a la izquierda de su entrada aún quedan restos de pinturas al fresco… cristianas. Como suena. Pinturas cristianas tapando con descaro los grabados y jeroglíficos egipcios de la época en que los romanos les perseguían por herejes y decidieron utilizar los templos, que al fin y al cabo estaban construidos ya y que no se utilizaban, para sus ritos y así poder esconderse mejor. La segunda, la desagradable, comprobar como los españolitos de a pie, por mucha cultura que nos pongan delante de nuestros ojos seguimos siendo unos estúpidos patanes. No se le ocurrió nada mejor al señorito que, mientras su guía les contaba los grabados del sancta santorum, apoyarse con todo su cuerpo grasiento en las paredes del templo como si estuviese en el zara comprando bragas fajeras a la estúpida de su mujer que se me quedó mirando con cara perpleja cuando les increpé por lo que estaban haciendo. Españoles por el mundo. Seguí disfrutando del templo tratando de olvidar el incidente en cuestión, y acabé deteniéndome frente a la única estatua que pudimos ver del Niño Rey, Tut Ankj Amon. Blanca, iluminada directamente por el sol y mostrando, como no podía ser de otra manera, la cara de infante que tenía cuando reinó sobre Egipto.

Y al lado su esposa, igual de niña. Y después de eso dos imágenes más para ver como son las condiciones de trabajo que se tienen allí. En una de las paredes laterales del primer patio del templo, con andamios de la época del catapun, dos egipcios con su chilaba reforzando una pared, subidos en lo alto sin ningún tipo de sujeción ni medida de seguridad… ¡¡ni casco!! ¡¡Y no se mueren en el intento oye!!. Y ya fuera del templo había unos cuantos operarios podando unas palmeras cuyas ramas recién cortadas caían al camino por el que salíamos los turistas sin molestarse en delimitar la zona ni chorradas por el estilo. Lo que no se es como no le pasó nada a nadie.

Salimos a la calle en el que fue nuestro primer contacto real con Egipto. Las calles a medio asfaltar, el polvo, los edificios a medio construir, una mezquita, grupos de hombres en las esquinas hablando sentados en el suelo unos, de pie los otros, que intentaban esquivar los objetivos de nuestras indiscretas cámaras de fotos mientras veíamos pasar por la calle una moto, un burro, un Renault amarillo, un carro tirado por un caballo.

La siguiente parada del día iba a ser en los colosos de Memnon, que por estar sin templo que les respalde parecen menos colosos a pesar de sus más de quince metros de altura. Lo malo, Memnon ya no canta. Lo bueno, poder disfrutar de ellos prácticamente sin gente alrededor. Tanto era así que el egipcio disfrazado de egipcio que allí estaba para que los guiris se puedan hacer fotos con él se había quedado dormido a la sombra de la única palmera que hay.

Seguimos camino a Deir el Bahari, hacia el templo de Hatsepshut. Desde que tenía catorce años quise poder estar algún día frente a él. Poder verlo desde su calzada de entrada, rodeado de montañas. Y lo hice. Conseguí poder esquivar la visión de las escaleras de acceso al templo mientras el autobús se acercaba. Conseguí no verlo mientras Sayed nos contaba la historia de cómo subió la Reina al trono, dejando de lado a su hijo, el verdadero heredero, de cómo consiguió que los sacerdotes convenciesen a la gente de su deidad, nacida de Amón y la diosa vaca Hathor. Y de cómo su hijo consiguió destronarla al cabo del tiempo. Y por fin, pude ver el templo. Ascendimos todos por la escalinata, llegamos hasta la sala hipóstila pero no pudimos pasar a la sala sagrada, está cerrada, pero bueno, no tiene mucha importancia cuando puedes ver las hileras de estatuas con la cara de la reina una detrás de otra, el panel donde se puede ver a la reina mamando directamente de Hathor, la sala que mantiene toda la decoración y pinturas dedicadas a Anubis. Impresionante el techo y los dinteles de las puertas. Lástima que lo único que queda de los jardines y las fuentes que hubo en su día sean solo restos de troncos de palmera y alguna preforma de fuente en el suelo. La visita también tuvo su curiosidad. No se muy bien porqué, una de las veces que pasé por delante de uno de los guardias que custodian el templo, con su metralleta incluida, se me ocurrió hacer un comentario sobre el arma. Muy amablemente me contestó, y me invitó a que le hiciese una fotografía. Como todo el que va a Egipto se que no se pueden hacer fotos a la policía ni los militares y así se lo hice saber. Pero insistió, -no problem, photo photo- y al final piqué y le hice un retratillo. Le di las gracias y le deje apostado junto al puesto de vigilancia que consta de un palo de madera y un pequeño techado para que puedan estar a la sombra. Pero, cuando ya parecía que el episodio había terminado, el susodicho personaje asomó su cabeza tras el palo de madera para decirme – psi psi, money money- a ver quién es el guapo que le dice que no a un militar al que no se le puede hacer fotos, después de habérsela hecho, y que tiene un arma más larga que mi pierna. Me volví para decirle que no llevaba euros encima y que no sabía las libras egipcias de las que disponía en mis bolsillos, sobre todo teniendo en cuenta que lo más lógico era que ningún otro vigía viese el intercambio. Al final se contentó con dos libras por la foto.

Otra de las cosas que nos llamaron la atención está provocada por el infame atentado que hubo en 1997 en la entrada del templo, en el que murieron mas de 60 turistas y con el que perdieron mucho dieron por el miedo que suscitó a viajar a Egipto. El camino de llegada trascurre en uno de sus tramos por zonas de caña de azúcar. El gobierno ha obligado a los agricultores a perder una franja de cultivo de doscientos metros alrededor de la carretera para evitar que algún insurgente pueda ocultar en las cañas para atentar contra los autobuses.

Volvimos a subir al autobús para ir al valle de los reyes. Llegas serpenteando por una carretera recién asfaltada hasta la garita que delimita la entrada para coger un pequeño tren turístico que te lleva al interior del valle y desde el que se puede ver la colina con forma piramidal por la que se supone que los faraones eligieron ese lugar concreto para realizar en el sus tumbas. El sentimiento con el que llegas es… Tutankamón, quiero ver su tumba. Pero al llegar a la puerta donde hay que elegir si quieres entrar solo a las tres tumbas que estén abiertas ese año, o si, además, quieres entrara a la de RamsesVI y a la del faraón niño, nuestro guía, Sayed, me “invitó” a no entrar en la de Tutankamón basándose en que la de Ramses se mantenía muchísimo mejor conservada, habría menos gente para disfrutar de lo que estábamos viendo, sin contar que cuesta cinco veces menos la entrada. Para ser exactos su frase fue “si quieres darle ganancias al gobierno egipcio por no ver nada interesante…hazlo, pero yo de ti…”, así que confiando en sus palabras decidimos entrar a ver la de Ramses. Y a fe que fue un acierto, la tumba es impresionante, mantiene prácticamente toda su decoración, y la pintura es increíble, desde el nivel del suelo hasta el techo esta completamente pintada con murales, dioses, el faraón, textos jeroglíficos…y al final, la cámara funeraria. Tiene un sarcófago escavado en la roca dentro del cual estuvo colocado en su día el verdadero sarcófago del faraón. Un monolito enorme de granito negro cuya lápida es un enorme retrato tallado de la cara del faraón. La teoría dice que sólo se puede llegar hasta la entrada de la cámara, pero dada la poca gente que estábamos dentro visitándola, el guardián de la tumba nos abrió la puerta para que pudiésemos pasar a ver la sala de cerca, el sarcófago y las pinturas murales de las paredes para descubrir en el techo uno de los dibujos que tenía en mi libro de historia del instituto, Nut. El resto de tumbas, están muy bien, cada una tiene pinturas y decoración diferente (tapadas con mamparas de cristal) y valdría para poder entender más cosas sobre la vida del faraón que yació en el interior de cada una si no fuese porque los guías no pueden entrar a acompañarte en las visitas, pero aún así, la sensación que tienes sabiendo donde te encuentras es algo para lo que no hay palabras.

Lo siguiente fue “visita guiri”. Nos llevaron a ver una “fábrica” de alabastro, donde de paso hay una tienda para que la gente pueda llenar su casa de figuritas de alabastro mal acabadas, pero compradas en Egipto, y a todos nos gustan esos recuerdos. Además te ponen té. No perdimos mucho tiempo, y nos fuimos de nuevo en autobús hacia Luxor. El fin fue incrustarnos en un convoy policial que escolta a todos los extranjeros que quieren salir de Luxor en cualquier tipo de vehiculo, con lo que tuvimos que esperar un tiempo hasta que se formo la comitiva mientras veíamos a los policías cumplir con sus rezos coránicos junto a los autobuses.

Una vez formado el grupo, los policías encienden las sirenas de sus coches y salimos a toda velocidad por una carretera pegada al canal de riego del Nilo que te da la oportunidad de dormir (como iba casi todo el resto de mi excursión) o de disfrutar de la rivera en la que se pueden ver (además de diversos puestos de control policiales) pequeñas aldeas, niños bañándose, mujeres recogiendo madera y pasto para las vacas… distinto a las piedras que habíamos estado viendo todo el día.

Así transcurrió un buena parte de la tarde hasta que llegamos a Esna, donde teníamos que embarcar de nuevo y, para nuestra desgracia, esperar en el barco hasta que pudiésemos pasar la esclusa. Bastante aburridito el tema, aunque al final casi se agradece poder ducharte tranquilo, tomarte una cerveza en la terraza superior del barco, hacer un poco de vida social con el resto de viajeros… y dormir, que buena falta nos hacía, la verdad. Lo malo es que con lo de dormir no pude ver cómo pasábamos la esclusa en cuestión.

Mientras esperábamos nuestro turno pudimos asistir, desde la terraza del barco, a un curioso espectáculo. Poco a poco se fueron acercando al puerto unas pequeñas embarcaciones con varias personas en cada una de ellas. Hasta aquí todo normal. Pero de repente empezaron a gritar agitando los brazos mientras lanzaban a todos los barcos paquetes envueltos en plástico. Me asomé a la barandilla y uno de ellos, al verme, empezó a dirigirse a mi, o eso creo, y al final a pesar de insitirle en que no quería nada me acabó lanzando uno de los paquetes. Yo no le hice mucho caso y simplemente deje que pasase junto a mi y acabase en la cubierta. El vendedor se enojó bastante al ver mi falta de interés y gritando aún más insistiendo en que le devolviese el paquetito. Y eso hice, pero digamos que no me caracteriza mi puntería precisamente, con lo que el paquete con la chilaba de su interior acabaron dandose un baño. Por suerte flotaba y pudieron recuperarla, aunque supongo que se debieron acordar de toda mi familia, al menos eso parecía. Pero debí ser de los pocos que no compraron nada, la gente sólo por la tontería acabó por comprar, y eso que Aladino, uno de los trabajadores del barco, nos advirtió a todos de la mala calidad de las prendas y del precio excesivamente caro, pero que le vamos a hacer, los güiris somos así, ¿o no?

martes, 11 de noviembre de 2008

DIARIO DE VIAJE. EGIPTO I

Día 26, sobrevolamos una franja de desierto junto al mar mediterráneo y todos nos agolpamos en las mini-ventanas del avión para intentar ver algún indicio de nuestro destino, Egipto. Evidentemente no se distingue nada desde esa altura, así que poco a poco todos volvemos a nuestros asientos, pero algo ya ha cambiado. La sensación de estar llegando a la tierra de los faraones nos invade desde ese momento.

Al descender en el aeropuerto de Luxor nos sorprende una agradable temperatura mientras sujetamos como podemos las mochilas y los abrigos que llevábamos desde Madrid mientras llegamos a la Terminal donde escuchamos por primera vez la que iba a ser nuestra llamada particular hasta el final del viaje… “saladinoooos” y allá que nos fuimos. Fuimos agrupándonos poco a poco, mientras rellenábamos los datos para el visado, conociendo las caras que nos iban a acompañar en nuestro viaje. Y tras los trámites de siempre salimos por primera vez a suelo egipcio.

El primer choque… la vestimenta de la gente que estaba esperando por allí a que los guiris llegásemos cargados de maletas para subirnos a los autobuses que nos llevarían hasta los barcos, chilabas y más chilabas de colores austeros, pardos, alejadas de las versiones multicolores hollywoodienses. El segundo… ver cómo nuestras maletas acababan en el techo de nuestro microbús.

Tras colocarnos todos en los asientos salimos camino al Ms. Florence, nuestro barco, por unas carreteras medio iluminadas en las que el resto de vehículos sólo llevan luces de posición y no todos, y que me sirvió para ir tomando contacto con la realidad de un país rico en cultura pero pobre en sus calles. Se podían ver, coches 4x4 de última generación junto a carros tirados por burros y mujeres tapadas de arriba abajo con vestimentas oscuras andando junto a la carretera. Incluso un camión Iveco que parecía sacado de los saldos de hace 20 años.

Tras un pequeño paseo viendo burros, carros, calles polvorientas con paisanos sentados en las esquinas charlando, vimos el templo de Luxor iluminado. La primera sensación que da es de ser pequeño. Supongo que esperas más la primera vez y que, como pudimos comprobar el día siguiente, sorprende a la segunda.

Y llegamos al barco. Nos recibieron con un vasito de karcadé frío. Dejamos las maletas en las habitaciones, nos dimos una ducha y subimos a cenar. Pronto para nuestras costumbres, pero nos sentó bastante bien, sobre todo sabiendo que el día siguiente nos teníamos que despertar a las cinco y cuarto de la madrugada para empezar las excursiones. Karnak, Luxor, colosos de Memnom, Deir-el-bahari, el valle de los reyes… todo el mismo día. Movidito.

Día 27. Primer madrugón. Conseguir levantarte a esas horas y estar medianamente espabilado se hace bastante complicado hasta que llegas al aparcamiento del templo de Karnak. Saber que te estás frente a semejante construcción hace que tus sentidos renazcan a pesar de estar aún a oscuras y no distinguir más que una leve silueta, que aunque leve te clava en la retina el enorme tamaño de sus pilonos de entrada y hace que según aumenta la claridad con la salida del dios Sol se acelere el pulso al empezar a distinguir los primeros detalles de la construcción. Al entrar en el primer patio de columnas Sayed, nuestro guía para toda la zona de templos, nos empezó a contar la historia de los templos egipcios, de cómo eran construidos, apoyándose en los restos de un “andamio” que aun esta en pie tras el pilono derecho de Karnak. Nos hizo una pequeña introducción a la vida de RamsesII y nos llevó a través de la segunda parte a la sala más impresionante del templo. Las columnas son inmensas, enormes, llenas de una ingente decoración con la vida del faraón rey, sus hazañas, ofrendas devotas a los Dioses de la triada tebana. Impresionante. La sensación de encontrarse bajo esas columnas es muy difícil de explicar con palabras, pero baste decir que aún hoy, tres meses después de haber vuelto, se me sigue poniendo la piel de gallina al recordar aquel momento. Mi cabeza no era capaz de creer que estaba allí después de haber disfrutado durante años de aquellos grabados reproducidos en los libros de historia, en páginas de Internet… así que me dedique a intentar recordar todo lo que veía con todos los detalles que me fuese posible y de paso hacer unos cientos de fotos. Aún lo recuerdo todo.

Después nos llevaron al “patio trasero” del templo. Tras salir por una pequeña puerta te recibe un estanque iluminado, en ese momento, por un sol a medio salir que hacía la estampa aún más impresionante. Lo absurdo del tema es que en susodicha zona hay una estatua de un escarabajo encarando la salida del sol y que, ahora han puesto de moda entre los guiris rodearle tres veces para “que la suerte te acompañe”. Me resultaba bastante patético ver como la gente giraba y giraba alrededor del monolito con cara de idiotas como si así fuesen a conseguir ascender al nirvana o algo peor. Lo raro es que a ninguno le diese por tirar monedas al estanque.

Me distancie todo lo que pude de aquel engendro y me dedique a seguir sacando fotos a todo lo que encontraba a mi paso. Pudimos disfrutar de un tiempo a solas con las piedras, pasear entre ellas, observar de cerca los obeliscos, erguidos o tumbados, no tenía importancia. Entre todas las paredes del monumental templo circulan diversos personajes “disfrazados” con túnicas y turbantes para satisfacer la necesidad de los guiris de fotografiarse con la “fauna” local y así poderse llevar a casa la sensación de haberse mezclado con los lugareños del país y de paso henchirse de orgullo por haber entregado un euro por cada foto. A pesar de ello, son gente muy amable, que te indican lo que necesites en todo momento (y después poner la mano) y te acompañan sin problemas hasta donde quieras llegar. Precisamente fue una de estas personas la que nos acompañó, sabiendo que no íbamos a pagarle por ello, hasta una pequeña sala con uno de los mejores grabados del templo, una sala dedicada a Cleopatra aún con policromía en las paredes y que, de otra manera, no hubiésemos visto (fuimos los únicos de nuestra excursión).

Seguimos deambulando sin rumbo fijo hasta llegar al primer patio de nuevo. Allí nos asomamos a una zona lateral en la que no había ningún turista y al adentrarnos por una pequeña puerta apareció un policía que pensábamos nos diría que no podíamos pasar más allá (más que nada es que así lo ponía en los carteles). Nada más lejos, fue ver la cámara y nos llamó para que le siguiésemos a través de la puerta hasta que aparecimos por detrás de la avenida de los carneros para disfrutar de una visión distinta del primer patio. Pero no contento con eso, el mismo policía se dedicó a recomendarnos las mejores fotos del lugar. El “problema” me vino cuando me puso la mano para que le diese “su propina”, porque decirle que no a un tipo que me saca una cabeza y de cuyo cinturón cuelga porra y pistola… en fin, pero bueno, se lo tomo bastante bien y con una sonrisa salimos de allí para reunirnos con el grupo frente a las salas de las tres barcas, donde nos enteramos del porqué del nombre, pero no viene al caso.

Salimos del templo echando un último vistazo a los carneros y volvimos a subir al autobús, segunda etapa del día… el templo de Luxor.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El Ninja

Leopoldo Abadía, así se llama el buen señor que ha hecho que, por fin, se pueda entender cómo hemos llegado a tener esta crisis tan hermosa. Bueno, más bien, quién ha permitido que se llegue a esta situación, cómo y porqué, aunque eso si lo sabíamos todos... pasta, pasta y más pasta.

El caso es que este buen señor ha escrito un blog en el que cuenta todo lo que ha ocurrido hasta llegar a esta situación de forma sencilla y fácilmente entendible aunque no tengas ni la mínima idea de macroeconomía. Algo de agradecer puesto que habiendo sido profesor durante 31 años poco le habría costado utilizar el mismo lenguaje que utilizan los políticos sin preocuparse de si la gente lo entiende o no.

Pues bien, en su blog, además de otras cosillas, ha escrito (no es muy breve pero merece la pena) lo que el ha venido a llamar "La crisis ninja" que de verdad recomiendo a todos si queréis saber un poquito más de todo lo que está ocurriendo, o si, como en mi caso, no tenéis ni la remota idea de cómo se explica esto. Tampoco es que después de leerlo se pueda pensar que tenemos un master en economía internacional ni nada que se le parezca, pero al menos te sirve para saber con qué cara mirar al del banco cuando entras por su puerta.

Ahora se le puede ver todas las semanas en Buenafuente, donde le descubrí yo hace algo más de un mes, y por si fuera poco el tipo encima resulta graciosete con sus setenta y nosecuantos años, 12 hijos, treintaytantos nietos y una empresa propia, un lujo.

Pero no penséis que es un cualquiera graciosillo que ha contado lo primero que se le ha pasado por la cabeza, lleva más de 1500000 de visitas en su blog y ya le han invitado de un montón de instituciones y universidades para que de charlas sobre el tema, que ya quisiera eso "el aznarín" y su "estamos trabajando en ello".

Y cómo siempre una preguntita... ¿porqué no le colocan de portavoz del gobierno, o del PSOE, o del PP, o de santa sea su madre? que me da igual de quién sea si es capaz de explicar las cosas igual de sencillas que la crisis esta de las narices.

Por si os lo queréis bajar directamente os dejo un enlace con la versión pdf.

Omnia si per dideris faman servare memento
Keltoc

jueves, 6 de noviembre de 2008

Súbditos y monarcas

Según el R.A.E. monarca es el príncipe soberano de un país y soberano tiene tres acepciones, a saber, que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente. Elevado, excelente y no superado, y la tercera Altivo, soberbio o presumido. Y ahora sabiendo esto, cómo es posible que alguien se sorprenda de las afirmaciones que “nuestra” reina soberana y gobernante ha expuesto en el ya famoso libro con sus memorias. Más aún si atendemos a la definición que el mismo diccionario hace sobre la palabra súbdito, es decir, todos nosotros, Sujeto a la autoridad de un superior con obligación de obedecerle.

Además tampoco es para tanto, sólo ha venido a decir que no esta de acuerdo con la eutanasia, lo que no se es si se referirá a los cuidados paliativos en enfermos terminales que gracias a mi prima, Esperanza Aguirre, los enfermos madrileños ahora tienen más complicado conseguir.

Tampoco está de acuerdo con los abortos, algo que tampoco entiendo muy bien si nos fijamos un poco en el árbol genealógico de su propia familia, pero ella sabrá.

Y lo que parece que ha levantado más ampollas, su rechazo a que las parejas homosexuales puedan legalizar su situación de pareja llamándole matrimonio, lo mismo que defiende el principal partido de la oposición en este momento, será casualidad.

Cada vez que casi cualquier miembro de dicho partido habla del tema en cuestión me da la impresión de que hablan de una especie de bichos raros, más dignos de un zoo que de permanecer en esta sociedad, sólo les faltaría algún comentario tipo… mira que majos esos bichejos… como se quieren, mira como se hacen carantoñas… como si estuviesen viendo a dos chimpancés moneando en una rama.

Pero al fin y al cabo ¿quién no esperaba que nuestros monarcas opinasen así? Ah sí claro, que resulta que como son “unos campechanos”. Bonita estupidez la nuestra, o la vuestra, si habéis terminado por tragaros semejante propaganda barata.

Por eso no me siento indignado por esas palabras, más bien al revés, me alegré de que la reina se expresase en esa forma, porque, ingenuo de mí, pensé que serviría para que al menos unos cuantos más se diesen cuenta de lo que llamamos “campechanos” en este país, o reino, o nación o lo que sea. Lo que si que me sorprendió fue la reacción de las asociaciones de gays y lesbianas.

Primero montan en cólera al conocer las palabras reales, tachando a la monarca de no se cuantos calificativos irrepetibles, ejem, después de comparar el desfile del orgullo y sus carrozas con las bodas de los principitos y las suyas (valga el tópico olé), a las pocas horas, la casa del rey se desmarca de las palabras de “Sofía” “porque no representan el sentir de la monarquía española” sino que “son de carácter personal”.

Pero vamos a ver, entonces son de carácter personal de la monarca, pero ¿no representan a la monarquía? Que alguien me lo explique porque no acabo de entender la diferencia. Pero debe ser que los gays si porque dieron por bueno el comunicado perdonando todo lo dicho por la campechana Sofía.

Sólo me cabe un pregunta, ¿quién será el primero que plante rodilla en tierra frente al palacio real?.

KeltoC

Para compensar. Vídeo loca

Mi primera entrada

Sirva esta primera entrada a modo de presentación de mi mismo. Llevo no mucho tiempo pensando en ir dejando escritas algunas de mis opiniones sobre lo que sucede a nuestro alrededor, sobre todo por la cantidad, y perdonad la forma de expresarme, de chorradas, tonterías y estupideces que a veces escucho mientras vivo.

No quiero decir con esto que mis opiniones vayan a ser menos tontas, al contrario, simplemente me apetece, en este momento, tener un sitio en el que poder desaguar mi cabeza. Si desaguar, porque a veces es tal la cantidad de tedio que se me acumula tras escuchar una y otra vez las mismas conversaciones que por algún sitio tendré que sacarlo.

Más de uno pensará que sería más fácil si simplemente expresase mis ideas en esas conversaciones de las que hablaba, pero el que piense así será que no conoce el lugar donde trabajo. Para que os hagáis una idea... imaginad una pequeña oficina en la que con una sola frase metida como quien no quiere la cosa entre una conversación política hizo que uno de los "contertulios" de esa tarde acabase diciendo que la pena de muerte era una necesidad en este país. Hablaban de E.T.A. y su entorno como si eso hiciese que el matar a una persona quedase justificado sin darse cuenta que eso mismo piensan ellos, y lo de rebajarme a esa altura no va conmigo, pero haya cada uno con su conciencia, la sorpresa se la llevó otro de mis compañeros al que avisé de antemano de que aquella conversación acabaría así.

Y sin ánimo de repetirme, una frase, una sola frase fue suficiente para que se pasara del "yo soy de izquierdas" al "hay que matar a esa panda de...". En fin. Seguro que más de uno pensará de la misma manera que esos contertulios que mencionaba, pero no es mi intención abrir ese debate en este momento, ya tendremos tiempo.


Sólo espero no aburrir demasiado a nadie al que le de por entrar y leer lo que aquí escriba.


Y por hoy acabo que mañana madrugo, bueno, más bien, dentro de un rato me levanto.


keltoc