Cogemos el tren, nos quedan unas cuantas horas de viaje, aunque vamos a hacer un parada en Himeji para ver su impresionante castillo. El camino pasa rápido hasta llegar al puente que une las dos islas. Una miriada de islotes despunta sobre el agua entre la niebla.

Delante del castillo están celebrando un festival con tambores tradicionales, pero están cubiertos de plástico por la lluvia, así que desmerece un poco.
Subimos hasta el castillo para recorrerlo entero. Las salas no tienen muchas cosas para ver, claro que con toda la gente que nos agolpamos dentro tampoco caben muchas cosas más. Seguramente, si no estuviese lloviendo podríamos haber disfrutado mucho más, sobre todo de los jardines, pero bueno, es el único día que se nos estropean los planes por culpa del tiempo, así que no nos podemos quejar tampoco.
Como sopas volvemos a coger el tren con dirección a Tokyo. Unas tres horas de recorrido. Llegamos a la estación central y salimos en busca de algún sitio para dormir. Dando vueltas por Nihonbashi encontramos un restaurante español, el León, así que pensando que alguien hablaría nuestro idioma decidimos preguntar… efectivamente alguien habla castellano. Una bonita japonesa que estuvo viviendo en Sevilla un tiempo nos indica donde podemos encontrar sitio, pero no tenemos suerte. Así que volvemos al mismo sitio. Amabilidad es poco, la misma chica se encarga de meterse en Internet, buscar sitios, llamar por teléfono, preguntar, pero nada, lo único que queda son mas de 60€ por cabeza y se nos va un poco de las manos. Llamamos al Aizuya Inn de nuevo por si acaso, pero tampoco tienen habitación para cuatro. Aún así decidimos ir “al barrio” a ver si hay suerte.
Recorremos las calles del barrio en el que dormimos las dos primeras noches y conseguimos encontrar sitio para los últimos días, sólo nos faltan los dos primeros. Al entrar en el Aizuya… me saludan por mi nombre, aunque yo no pude hacer lo mismo, menudo trago. Pero menos mal. Gracias a que Su es como es, al final conseguimos sitio para dormir allí, también es verdad que cuatro en una habitación para dos, pero bueno, unas risas aseguradas y un sitio barato para dormir. Al final todo sale bien, y la charla con Su estuvo entretenida esa noche. Buen día para volver a Tokyo.
A ver si lo terminamos ya eh jajaja que a este paso volvemos a japon antes xD
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